Su primer postdoctorado lo realizó en el centro del INRA-CNRS-Université de Montpellier (Francia), donde trabajó en homeóstasis de hierro. Junto a la colaboradora Catherine Curie logró impulsar la creación de un protocolo de coloración de metal para investigar diferentes modelos de embriogénesis, como Arabidopsis thaliana o Pisum sativum. Durante este período, consiguió adaptar un método antiguo de coloración, conocido como tinción de perls, para poder detectar hierro no sólo en los embriones de las plantas sino en todos los tejidos vegetales a nivel celular y subcelular. Esto resuelve una problemática mayor, dado que los métodos para la localización de hierro se basaban principalmente en el uso de microscopía electrónica o de sincrotrones para determinar la ubicación espacial de átomos metálicos. Gracias a este método describió nuevos pooles de hierro, como por ejemplo, en el nucleolo de células vegetales. En una segunda estancia postdoctoral en la University of Wisconsin–Madison, investigó junto a Marisa Otegui los procesos de vascularización del embrión en plantas.
La salud humana y la importancia agronómica son dos focos de interés para investigar los aspectos relativos al hierro. Gran parte de la población humana sufren de anemia por deficiencia de hierro y, una vía para suplirla es a través de la ingesta de semillas. Mejorar la biodisponibilidad de hierro en las semillas puede ayudar a palear los problemas asociados a la anemia, en especial en países del tercer mundo. Respecto al desarrollo vegetal, el hierro cumple distintas funciones en las plantas, por ejemplo, es fundamental en las maquinarias fotosintéticas, cuando está en déficit, las plantas generan menos energía y biomasa.
¿Cuál es el rol del hierro en la fecundación de las plantas? ¿Cómo influye la distribución del metal en la calidad de las semillas? El hierro tiene una doble cara; si bien es necesario, en exceso puede generar estrés oxidativo.