30 julio, 2018

Profesores Fariña, Sjoberg y Del Río entregan consejos para los exámenes de candidaturas de doctorados

Los exámenes de calificación para los futuros doctores de nuestra Facultad siguen en desarrollo. Es un hito que marca la carrera de los científicos y una instancia para la que se preparan intensamente. En este contexto, conversamos sobre su experiencia como ex estudiantes con los doctores José Miguel Fariña – Profesor asociado del Departamento de Ecología – Marcela Sjoberg – Profesora asistente del Departamento de Biología Celular y Molecular – y Rodrigo del Río – Profesor asistente del Departamento de Fisiología-, quienes entregaron una serie de consejos a los actuales estudiantes.

El profesor de Fisiología comenta que en su caso el examen no lo estresó: “No fue un momento de estrés, para nada. Sí vi compañeros estresados y que se urgían y todo, pero creo que no es la técnica urgirse”. La fórmula para esto, y por lo mismo el consejo que le entrega a los estudiantes, es «adueñarte de tu investigación y proyecto de tesis».

Del Río sostiene que “la única forma de que conscientemente hagas eso es que antes de escribir el proyecto hayas invertido una cantidad muy grande de tiempo en leer. Leer papers, leer, leer, leer, hasta que se te ocurre una idea, y empiezas a escribir tu idea, y se te ocurrirán más cosas, y las vuelves a respaldar con referencias y bibliografía. Cuando el alumno escribe algo y no está sustentado en lo que leyó, porque se leyó un artículo de revisión del último año, y está obviando 60 años de investigación previa, es lógico que va a fracasar”, advierte el doctor.

 

Rodrigo del Río,profesor de Fisiología, comenta que en su caso el examen no lo estresó: “No fue un momento de estrés, para nada. Sí vi compañeros estresados y que se urgían y todo, pero creo que no es la técnica urgirse”. La fórmula para esto, y por lo mismo el consejo que le entrega a los estudiantes, es «adueñarte de tu investigación y proyecto de tesis».

Del Río sostiene que “la única forma de que conscientemente hagas eso es que antes de escribir el proyecto hayas invertido una cantidad muy grande de tiempo en leer. Leer papers, leer, leer, leer, hasta que se te ocurre una idea, y empiezas a escribir tu idea, y se te ocurrirán más cosas, y las vuelves a respaldar con referencias y bibliografía. Cuando el alumno escribe algo y no está sustentado en lo que leyó, porque se leyó un artículo de revisión del último año, y está obviando 60 años de investigación previa, es lógico que va a fracasar”, advierte el doctor.

 

Marcela Sjoberg

Marcela Sjoberg es una joven investigadora que se incorporó a la planta ordinaria de la Facultad de Ciencias Biológicas en octubre de 2016, tras una estadía postdoctoral en el Wellcome Trust Sanger Institute y Cambridge University. Marcela relata que desde el comienzo de su carrera científica se interesó por la neurociencia cognitiva y por comprender cómo se desarrollan ciertas enfermedades del sistema nervioso, es así como decidió realizar su doctorado estudiando aspectos moleculares de la enfermedad de Alzheimer con el académico de la Universidad de Chile, Dr. Ricardo Maccioni:

«En el laboratorio me dieron bastante libertad para escoger mi tema de investigación, lo que siempre agradecí muchísimo. Sin embargo, fue una responsabilidad tremenda ya que dentro del mismo tema estaba abriendo una línea distinta en el grupo, no había muchas publicaciones en el tema y no me podía retroalimentar mucho de las reuniones de laboratorio pues mis compañeros se concentraban en estudiar aspectos más celulares mientras yo me interesaba en investigar la asociación de una proteína al DNA», cuenta.

Lo que le quitaba el sueño a esta investigadora era dilucidar por qué la proteína Tau, la que cumple un rol importante en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, se encontraba en el núcleo celular, evaluar si se asociaba con el DNA y que propiedades favorecerían su traslocación al núcleo. En ese contexto Marcela comenta que su examen de candidatura fue altamente estresante:

«La comisión estaba integrada por cinco profesores, cada uno experto en su área, quienes iban a, literalmente, examinar de manera muy exhaustiva mi trabajo. Fueron un poco más de dos horas y media de preguntas muy detalladas, lo recuerdo como un momento muy intenso que, sin embargo, me ayudó a que la investigación fuera más completa”. Y agrega, “en ese momento uno cree que el propósito no es constructivo, pero uno se equivoca, siempre es para pulir y desarrollar un mejor trabajo. No es favorable para tu propio desarrollo como científico que sea un examen fácil. En este sentido mi mejor recomendación a quienes hoy se enfrentan a su examen de candidatura es que sean detallistas, que dominen muy bien su tema”.

La académica comenta que como evaluador “uno se da cuenta el nivel de manejo del alumno y cuando por el contrario descansan en el dominio de su tutor. Los jefes también se equivocan y un alumno de doctorado debe informarse bien, debe adquirir criterio propio y contradecir de ser necesario a su jefe”. Hoy, el objetivo de Marcela es poder comprender con mayor detalle mecanismos epigenéticos que operan en células del sistema inmune, usando como modelo de estudio los linfocitos T y de esta forma, poder identificar aquellas interacciones moleculares con potencial importancia terapéutica vinculadas a la patogénesis de enfermedades del sistema neuroinmune y cáncer.

 

José Miguel Fariña

En tanto, José Miguel Fariña detalla que en su caso el examen de candidatura, a diferencia de cómo ve que es ahora, “era como un reconocimiento del nivel científico en el que estabas, y tenía los dos componentes –calificación y proyecto de tesis- juntos, pero no revueltos”.

El profesor explica que su método para aprobar fue mantenerse leyendo “todo el tiempo en mi vida”, a diferencia de lo que observa él actualmente como la realidad de los estudiantes, que es “más de sentarse, ‘que me pasen la materia, paso ese ramo’ y estamos todos bien. No hay una cuestión de grupos de estudios que no vayan dirigidos a una prueba o de interacción con otras generaciones”.

Fariña detalla que su generación se mantenía leyendo “a ritmo de curso 30 o 40 papers por semana, y después a ritmo de tesis seguíamos con lo mismo, y ahora que estoy viejo igual me leo cuatro o cinco papers por semana, porque uno se tiene que mantener relativamente vigente. Pero yo doy fe que los cabros no se leen ni dos papers por mes, por mutuo propio”, asevera. En este contexto, el doctor recomienda que “dentro de las reglas, traten de salirse un poco de este juego y sentir el efecto de una pregunta. Para mí la única forma de aprender es haciendo, y la única forma de hacer es preguntarse algo sinceramente. Además, tienen que manejar mejor su emocionalidad y reencantarse con lo que están haciendo, disfruten y pulan lo que saben”.